POST ESCRITO EL 18 DE DICIEMBRE DEL 2012
Hoy hace un año, abrí el word en mi ordenador
y escribí lo siguiente: Capítulo 1.
La idea de escribir una novela me rondaba en la cabeza hacía algún tiempo. Tenía una idea y me parecía que podía ser interesante plasmarla en un libro. Durante esos primeros días me preguntaba que sería de ese proyecto un año más tarde, si tendría forma o estaría apartado con apenas unos párrafos escritos. Y ese día ha llegado.
Durante este año, he realizado un viaje alucinante hacia lo desconocido. La idea original fue creciendo, enriqueciéndose, palabra a palabra, hoja a hoja. Me fue metiendo en un mundo complicado y desconocido que en algunos momentos ni yo mismo he controlado. Personajes tomaban las riendas de la novela y me llevaban a sitios y a situaciones que yo ni imaginaba. También me ha llevado a buscar información por todos sitios, a visitar lugares que debía haber visitado mucho antes y sin excusas. He adquirido una información y una cultura sobre ciertos temas que no tenía antes de embarcarme en este proyecto.
También ha habido épocas de escasez de ideas, de falta de ganas o de hartazgo y desesperación por no avanzar lo que quería. Por ver el montón de tiempo dedicado, que a veces no da los frutos que esperas. Por comprobar que en muchas ocasiones horas de lectura e investigación han servido para apenas un par de frases. Frustración porque el tiempo que estás dedicando a tu libro, no lo dedicas a otra gente o a otras cosas. ¿Merece la pena todo esto? Radicalmente sí.
Ha pasado un año de ese maravilloso viaje en el que no sabía a dónde iba. Y a día de hoy, empiezo a vislumbrar el principio del fin. Siempre quedan retoques, y más en mi caso donde mi asquerosamente perfeccionista manera de escribir, me hace repasar una y otra vez todo lo escrito. Sé que todavía le quedan muchas cosas, pero se empieza a delimitar el espacio que le queda a la novela. E intuyo que cuando esté definitivamente acotada, la situación de felicidad que me va a envolver será inenarrable.
En unos meses, más información.....
La idea de escribir una novela me rondaba en la cabeza hacía algún tiempo. Tenía una idea y me parecía que podía ser interesante plasmarla en un libro. Durante esos primeros días me preguntaba que sería de ese proyecto un año más tarde, si tendría forma o estaría apartado con apenas unos párrafos escritos. Y ese día ha llegado.
Durante este año, he realizado un viaje alucinante hacia lo desconocido. La idea original fue creciendo, enriqueciéndose, palabra a palabra, hoja a hoja. Me fue metiendo en un mundo complicado y desconocido que en algunos momentos ni yo mismo he controlado. Personajes tomaban las riendas de la novela y me llevaban a sitios y a situaciones que yo ni imaginaba. También me ha llevado a buscar información por todos sitios, a visitar lugares que debía haber visitado mucho antes y sin excusas. He adquirido una información y una cultura sobre ciertos temas que no tenía antes de embarcarme en este proyecto.
También ha habido épocas de escasez de ideas, de falta de ganas o de hartazgo y desesperación por no avanzar lo que quería. Por ver el montón de tiempo dedicado, que a veces no da los frutos que esperas. Por comprobar que en muchas ocasiones horas de lectura e investigación han servido para apenas un par de frases. Frustración porque el tiempo que estás dedicando a tu libro, no lo dedicas a otra gente o a otras cosas. ¿Merece la pena todo esto? Radicalmente sí.
Ha pasado un año de ese maravilloso viaje en el que no sabía a dónde iba. Y a día de hoy, empiezo a vislumbrar el principio del fin. Siempre quedan retoques, y más en mi caso donde mi asquerosamente perfeccionista manera de escribir, me hace repasar una y otra vez todo lo escrito. Sé que todavía le quedan muchas cosas, pero se empieza a delimitar el espacio que le queda a la novela. E intuyo que cuando esté definitivamente acotada, la situación de felicidad que me va a envolver será inenarrable.
En unos meses, más información.....