Así empieza el 10:
CAPÍTULO 1: EL SECRETO DE MARCILLA
—¿Estáis seguro de lo que
vamos a hacer?
—Sí,
se llevarán nuestro reino, pero no nuestras riquezas.
—¡Pero es muy peligroso hacerlo en este momento!
Además, quién sabe cuándo las podremos volver a recuperar. O quizá no sea
necesario hacerlo. ¡Y encima dejarlo tan lejos de aquí!
—Os aseguro que, cuanto más
tardemos en ejecutar el plan, más peligroso será. Creedme, Pedro, he valorado
todas las opciones posibles y soy consciente de todo lo que decís, pero no
tenemos otra alternativa, es la mejor solución. Si cogen todo nuestro oro,
nunca podremos recuperarnos. ¡Ojalá en unos meses estéis de vuelta con él, pero
no podemos arriesgarnos a dejarlo aquí!
El silencio de Pedro permitió al rey seguir
contándole su plan, aun a sabiendas de que su mariscal no terminaba de verlo
claro.
—Partiréis dos horas antes de
que amanezca. Una vez lleguéis, la condesa os recibirá. Ya sabéis todo lo que
hay que hacer.
—Así será, majestad.
—Sé que no os gusta y menos
dejarlo en un lugar que no controláis, pero vos, y la gente que elijáis para
que os acompañe, seréis los únicos que conozcan el destino del oro. Os juro,
por la lealtad que sé que vos me tenéis, que tanto la reina como yo no diremos
ni haremos nada sobre este tema. Los señores del castillo son de mi total
confianza y os dejarán vía libre. La versión oficial dirá que, ante la
inminente invasión, debemos acometer ciertos trabajos, para la seguridad del
castillo.
—Está bien, mañana saldremos a primera hora.
Si quieres seguir, hoy es el gran día.
Por fin ha llegado.
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